El Black Friday, que procede de la cultura norteamericana, se ha introducido en nuestros calendarios desde hace unos 10 años.
Representa una manera de consumo con la que no nos sentimos identificados. Al proponer una reducción tan drástica de manera puntual, se pierde el verdadero valor de los productos y se incita al consumo excesivo, a menudo no reflejado e impulsado por lo efímero. No participamos en este procedimiento y, al contrario, preferimos hacer uso de este día para interactuar con nuestros clientes sobre temas que son más importantes para nosotros.