Sí, un refugio, como un nido, un joyero, un espacio reconfortante e íntimo, un lugar de líneas redondeadas y cercano...
La boutique de la calle Charonne fue la primera tienda abierta por Sessùn y, a través de ella, hemos tejido nuestras primeras relaciones, encontrado nuestros primeros clientes y establecido unos vínculos.
Más tarde, se enriqueció de un nuevo espacio, dedicado a la presentación de obras y creaciones de artistas que nos emocionan, nos inspiran e incluso nos trastornan, y que se hace eco de nuestro propio camino. El camino de una búsqueda, de una atención por el detalle, el respeto, la coherencia y el savoir-faire.
Cuando Emma explicó su idea a la arquitecta Aurélie Rimbert, evocó una cabaña, una choza de chamán, un lugar que fuera símbolo tanto de nuestro interior como de la apertura hacia el mundo exterior. Un espacio redondo, vivo, orgánico y, evidentemente, construido con materiales naturales.
El hilo conductor es el de un hábitat vernáculo: iglú, wigwam, tipi, yurta, y el vínculo que crea entre las personas y su ambiente.
Madera, junco, cuero... el refugio habla el mismo idioma.
La estructura fue concebida por el taller Jean Brieuc. Todo un esqueleto con centenas de fragmentos de madera de haya cortados y organizados como un puzle, con piezas que se superponen, otras que forman las junturas, pero todas ellas dispuestos hacia la parte superior. Preparados y montados en Angers, los diversos arcos se han ensamblado en el lugar para facilitar el transporte y la sujeción.
Una réplica en tamaño real fue concebida para permitir la preparación de los trenzados por la cooperativa de la cestería de Villaines, la última existente en Francia, y poseedora de un savoir-faire incomparable.
Asociados a la estructura del lugar, a los trenzados de ratán se han unido unos parches de acero para estructurar el espacio y marcar la entrada. Un trabajo hecho completamente a mano para el que se requirieron horas de concentración y de juegos con los materiales.
La comunidad de los árabes de las marismas solía construir unos edificios de junco y barro. A estas estructuras se las llama «mudhif» o «casa de los amigos», y se realizaban para acoger a los huéspedes que estaban de paso o recibir a los seres queridos. Al igual que esta comunidad, hemos diseñado el refugio como un lugar de encuentros y amistades con el fin de crear nuestras colaboraciones, unas colecciones nacidas de los encuentros con los creadores que estimamos.
Los percheros, integrados en la estructura, conectan con el interior y se entremezclan con las banquetas de piel. Inspirados en el arzón de un caballo, o en la silla colocada por el jinete tras un largo día recorriendo las llanuras, bordean las curvas de la estructura y se adhieren para recibir mejor a los clientes e invitarles a sentarse. Los materiales cohabitan con las maderas, y hacen acopio de lo animal y lo vegetal, fijando los símbolos bajo los que tendrá lugar el ritual...
Además de las colaboraciones, el refugio cede un lugar de honor a los accesorios y los zapatos, para que la experiencia sea inigualable. Un tocador contemporáneo en el que destacan unas formas inventadas, sobre la que ronda el espíritu de Brancusi... Expositores con diademas, cinturones, collares o brazaletes. Todos ellos han sido fabricados en madera: diseñados, modelados lijados y pulidos para sublimar las piezas que presentan.
Unos soportes para bolsos con bordes redondeados están fijados a los muros, como si afloraran de ellos, y están esculpidos en un ocre rojizo.
El mobiliario que compone el espacio, también redondeado, lo roza, no le impone su presencia.
El refugio es como un envoltorio sedoso, creado para presentar lo que está destinado a transformar, a evolucionar, a aprovechar de su entorno para construirse a sí mismo. Es el escenario de la metamorfosis, que acoge y permite que se dé luz a la novedad.
Nuestro refugio es el nido de los deseos que anhelamos para el futuro: algo bonito, suave y circular. Un espacio tranquilizador, diseñado y realizado por las manos expertas de aquellos que dedican su vida a sublimar lo que nos rodea. Un espacio bondadoso en el que cohabitan las creaciones de aquellos que consagran su existencia a la búsqueda de lo bonito, lo bueno, lo amable. Un espacio para aquellos que están abiertos en conciencia plena de su ser y del papel que juegan.
Un espacio de magia moderna en el que resuena el infinito reconocimiento por aquellos que nos han precedido y el incalculable respeto que profesamos a aquellos que lo continuarán y a lo que deseamos dejarles. Un universo lleno de opciones, de afecto y de compromisos.