CRÉDITO DE FOTOS: Florian Touzet
Audrey Guimard, escultora autodidacta fascinada por la piedra, creció rodeada de este material en las montañas, algo que ha marcado enormemente su trayectoria. Tras cursar sus estudios en historia del arte y arqueología, se decantó por la museografía, la escenografía y el diseño de interiores, antes de descubrir su verdadera pasión durante una estancia artística en canteras en desuso. Para la nueva tienda insignia parisina de Sessùn, Audrey ha concebido un conjunto de esculturas únicas, que van de la silla al tótem, pasando por piezas más pequeñas. Inspirada en el universo luminoso y refinado de Sessùn, ha creado obras que dialogan entre sí y que rinden homenaje a los materiales naturales y a la artesanía, al mismo tiempo que respeta la estética atemporal de la marca.
¿Podrías presentarte y hablarnos de tu trayectoria?
Soy escultora en piedra, autodidacta.
Hice mis estudios en historia del arte y arqueología. De hecho, me estaba preparando para ser arqueóloga, antes de trabajar en museografía, decoración para teatro y cine, escenografía y diseño de interiores. Siempre ha habido un vínculo en esta trayectoria entre historia, materia, cuerpo, objeto, espacio y lo que quedará de todo esto.
La elección de trabajar la piedra y las rocas es única, muy poco recurrente. ¿Qué te atrajo de estos materiales y por qué los has elegido como medio principal para tu arte?
Crecí rodeada de mineral, en la montaña, con un primer contacto visual y físico con la escalada. Por otro lado, llevo grabadas en la retina la arqueología y la historia de nuestras civilizaciones marcadas en la piedra. Tengo una gran fascinación y respeto por este material. La primera vez que trabajé la piedra fue durante una estancia artística en unas canteras en desuso. Teníamos que crear un corpus de obras monumentales. Me comprometí a devolver la piedra a estos templos desprovistos de su materia. Sufrí un electrochoque al empezar a escupir, pues por fin encontré mi método.
Dado que trabajas principalmente la piedra y las rocas, exploras los temas de la mitología. ¿Puedes hablarnos de tus fuentes de inspiración?
Hay algunas referencias a la mitología en mi trabajo, pero de forma general siempre hay un homenaje a la antigüedad, a las ruinas, a los artefactos y a la naturaleza, evidentemente.
¿Puedes contarnos algo sobre la manera en la que eliges y combinas las esculturas? ¿Cuáles son los retos a los que te enfrentas en esta fase inicial?
La esencia de mi enfoque se centra en no extraer nunca de la piedra. Trabajo gracias a colaboraciones que creo con canteras y marmolerías en Francia y en el extranjero, según mis proyectos, por lo que esculpo restos, sobre todo. Hay muchos materiales que se dejan de lado y, sin embargo, merecen que sean trabajados.
Mi enfoque comienza por lo que yo llamo una «búsqueda del tesoro»: mis esculturas nacen de la piedra que descubro y recupero. Cada obra es única.
Trabajo sola, a mano, lo que me obliga a no sobrepasar un cierto peso o tamaño para poder manipularlas sin hacerme daño. La forma totémica y los ensamblados me permiten crear formas híbridas, que gestiono completamente, desde la elección hasta la instalación final en el lugar.
Has diseñado varias esculturas para Sessùn Paris Bachaumont. ¿Puedes hablarnos de esta creación y del proceso creativo, desde la idea inicial hasta la realización final?
Para el magnífico establecimiento de la calle Bachaumont, presentaré un corpus de piezas que van de la silla al tótem, pasando por esculturas de tamaño pequeño. Una frase de Emma François-Grasset, la fundadora de Sessùn, me tocó la fibra sensible cuando evocábamos el espíritu que quería crear: «continúa con tus casas». Y ese va a ser el caso, ya que cada piedra es un mundo en sí mismo, y crea un diálogo con las otras y una armonía dinámica y vibrante a través de las formas y de los tipos esculpidos.
Hemos concebido este proyecto de boutique en estrecha colaboración con Cobalto Studio. ¿Has tenido la oportunidad de trabajar con ellos en el pasado?
Me enorgullece poder contribuir al universo creado por Sessùn y Cobalto, el cual creo que es muy solar, refinado, sencillo y alegre. Es mi primera colaboración. Soy muy sensible al trabajo con materiales naturales de manera escultural, al color, a los homenajes a la artesanía, a la arquitectura vernácula mediterránea desplegada con mucho mimo por Gabriel Escàmez y sus equipos.
Para celebrar los 10 años del bolso DIVINE de Sessùn, hemos pedido a quince artesanos, incluida tú, que reinventen este modelo emblemático. ¿Podrías hablarnos de tu participación en este proyecto y de la manera en la que has retrabajado el bolso Divine?
Quise diseñar una versión depurada del bolso, destacando la elegancia de sus líneas. Utilizando materiales nobles como la piedra caliza y restos de mármol, busqué crear un objeto que evocara solidez y atemporalidad, como una escultura o un artefacto antiguo. El bolso, concebido de esta manera, transmite una sensación de permanencia, como si hubiera atravesado las épocas.
¿Con qué te quedas de esta colaboración con Sessùn?
Con la inmensa alegría que me ha proporcionado. Me siento muy feliz de poder trabajar con Sessùn, que es una marca con la que comparto valores, universo y referencias estéticas. Sé que nos sentiremos bien en este nuevo espacio y que mis piezas acompañarán de forma natural a todo el conjunto.
¿Qué te evoca Sessùn?
Siempre he percibido el universo Sessùn como muy luminoso, humano, elegante, atemporal, abierto al mundo y al patrimonio de cada cultura, al arte y a la artesanía, obviamente. Es un modo de vida. Además, soy muy sensible al desarrollo consciente, responsable y respetuoso de nuestro planeta, que son también los compromisos de la marca, lo que es fundamental.
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