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FOTOGRAFÍAS: TIMOTHÉE CHAMBOVET
Diplomada en 2016 por la Escuela de Cerámica de Provenza (Aubagne), Camille Chaleil empezó en Marsella, donde la descubrimos, y continuó en Túnez, antes de instalar tu taller en la ciudad de Tours en 2017: sigue leyendo para descubrir un Encuentro Hermoso en el centro de Francia, en medio de un degradado de tierras chamotadas impregnadas de influencias mediterráneas.
¿PUEDES PRESENTARTE? ¿CUÁL HA SIDO TU TRAYECTORIA?
Crecí entre la Provenza y Córcega. He tenido una trayectoria bastante heterogénea: trabajé en restauración en Marsella, luego en comunicación y después unos años en fotografía. Tuve la suerte de trabajar para el festival Rencontres d'Arles, y durante unos meses fui la asistente de Antoine D'Agata.
Por otro lado, colaboraba de vez en cuando con mi expareja, el padre de mi hija, que es periodista: durante un viaje a Túnez para una guía de viajes en Vice y Trax, visitamos el Centro Nacional de Cerámica de Túnez, también conocido como Sidi Kacem Jelizi. Un lugar magnífico y místico. Sidi Kacem el Jelizi era un santo tunecino y ceramista. En este lugar increíble, que se convirtió en una escuela de cerámica, vivió y posteriormente fue enterrado. Durante nuestra visita, había una fiesta en su honor, durante la cual me inicié en la técnica de torneado, un momento que recordaré para siempre. Nunca había pensado en la cerámica, nunca había trabajado la tierra. Fue todo una revelación.
Cuando volví a Marsella, busqué una formación que comenzaría tres meses más tarde, en Aubagne. Luego volví a Túnez para completar mis últimas prácticas, antes de obtener el título. Al final, me mudé a Tours (una historia muy larga), donde abrí mi taller hace 18 meses. Allí fabrico mis piezas y doy clases de torneado y de modelado.
¿CÓMO TRABAJAS TUS CERÁMICAS?
Trabajo principalmente las técnicas de modelado y estampado.
Empecé con una formación en torneado. De hecho, me encanta hacer torneado, pero esta técnica no es compatible con el resultado que busco actualmente, pues quiero un aspecto natural, orgánico, imperfecto. Piezas que se parezcan pero que sean diferentes, inconstantes, porosas, con tonos variables. Utilizo moldes para ciertas piezas, pero las corto a mano alzada para después deformarlas o añadirles materiales para que sean únicas.
Trabajo con tierras que creo yo misma, a partir de dos tierras que mezclo y que embellezco con chamota que fabrico. Gracias a este procedimiento, he creado una paleta de colores: desde el blanco hasta el rojo cuando las piezas son brutas, y desde el blanco hasta el marrón cuando las piezas van esmaltadas. Las tierras no son lisas: presentan astillas y asperezas, a veces anheladas pero no controladas.
¿CUÁLES SON TUS FUENTES DE INSPIRACIÓN?
El Mediterráneo, esencialmente. Pasé una buena parte de mi vida en Córcega. Desde que nací, voy cada vez de vacaciones a casa de mi abuela y de mi bisabuela. Me siento conmovida cada vez que vuelvo y noto el olor de la isla. Crecí en la Provenza y pasé diez años en Marsella. Con 24 años, me enamoré de Túnez y de su luz, y he vuelto cada vez que me ha sido posible.
Me gusta la paradoja y el Mediterráneo. El choque entre las tradiciones inalterables y la modernidad traída por tantas poblaciones nómadas. Es la región del mundo en la que nada y todo se mueve a la vez. Es el amor, el calor, la redondez, la violencia y la duración.
Es un paisaje tranquilo y duro, una atmósfera sosegada y eléctrica. El enfrentamiento y el equilibrio entre la tierra y el mar, tan intenso en Córcega, donde la montaña se termina directamente en el mar. En mi opinión, ningún paisaje es tan poderoso.
Lo mismo ocurre con mis piezas: son redondas pero brutas; sólidas y suaves a la vez. He intentado brindarles los colores del Mediterráneo. El blanco de la luz que ciega los ojos, el amarillo de la arena y el rojo de la tierra de Provenza. Les concedo formas imperfectas. Dejo de controlar el gesto para que la imperfección dé sensación de vida.
¿QUÉ PIEZA HABLARÍA MEJOR DE TU TRABAJO DE CREACIÓN?
La botella. Al fin y al cabo, es el objeto que más se parece a mí, con el que disfruto más durante la creación. La modelo con las tenazas y el colombín. Hago de todas las formas posibles, a veces de un solo color y otras de varios colores. No las dibujo siempre, a menudo me tomo la libertad de abandonar el patrón sobre la marcha, por lo que puedo acabar con una forma ligeramente distinta a la que había previsto. También suelo utilizar restos de tierras mal ordenadas y no identificadas, así me encuentro la sorpresa cuando las saco del horno (por lo general, un mes después del modelado), y me gusta este tipo de sorpresas. En esta habitación tiene lugar la idea de paradoja, tan unida a mí. La paradoja del Mediterráneo y la paradoja de la cerámica, una mezcla perfecta de técnica y sorpresa, de control y de desapego.
¿CUÁL ES TU ÚLTIMO FLECHAZO ARTÍSTICO?
Tengo dos flechazos: Alice Guittard y Manoela Medeiros, dos artistas que descubrí gracias a Nicolas Veidig, en la Double V Gallery, en Marsella. Me gusta la dimensión artística de su trabajo, pero también el gesto artesanal que se revela una vez que terminan la pieza.
Alice Guittard suele representar las manos en su trabajo, es una parte elocuente del cuerpo, que me llama mucho la atención.
Manoela Medeiros, por su parte, invierte el proceso de creación por sustracción de la materia. Su trabajo me dice mucho y me hace plantearme preguntas.
¿PUEDES DARNOS MÁS DATOS SOBRE TUS PRÓXIMOS PROYECTOS?
Tengo muchas ideas y deseos.
Me gustaría volver a Túnez y visitar Sajanan, un pueblo de alfareros en el noroeste del país. Las mujeres crean esculturas que destilan fuerza: extraen la tierra, le dan forma y la cuecen con ahumado, en hornos cavados a ras del suelo. Las conocí en Túnez, y desde entonces no dejo de pensar en ello. También me gustaría tener tiempo para esculpir y seguir formándome. Es algo que me he prometido para los próximos meses.
Mientras tanto, en enero empiezo una colaboración con mis amigas diseñadoras de Hors Studio. Realizan un trabajo de investigación y experimentación sobre la valorización de los excedentes y los residuos de la producción industrial y artesanal. Crean nuevas materias a partir de materiales reciclados. Su estudio acaba de elaborar el Leather Stone, un material procedente de los excedentes de cuero, a los que vamos a intentar darles forma con las técnicas que utilizo en cerámica.