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Clara Diez nos ha abierto las puertas de su boutique Formaje. Encuentro con una quesera activista.
¿PUEDES PRESENTARTE? ¿CUÁL HA SIDO TU TRAYECTORIA?
Me llamo Clara y tengo 29 años. Me gusta decir un poco en broma que soy una «activista del queso», porque desde que descubrí el universo del queso artesanal con 21 años, he consagrado mi carrera a poner de relieve esta cultura del sabor y sus valores. A lo largo de los años, al trabajar codo con codo con productores, he integrado su discurso y sus necesidades, y he aprendido a apreciar las materias primas en todas sus formas y la riqueza cultural e increíble del queso. Hice estudios de comunicación audiovisual, así que nada que ver con la gastronomía. Mi encuentro con el queso fue fruto del azar. Desde el primer momento me encantó la riqueza de este universo, su filosofía y los asuntos en materia de defensa de los territorios y de las materias primas.
¿PUEDES HABLARNOS DE TU QUESERÍA «FORMAJE»? ¿CÓMO NACIÓ EL PROYECTO?
Fundé Formaje con Adrián, mi marido, para promover la excelencia del queso artesanal y fomentar su consumo al crear espacios que permitan a los sibaritas descubrir la increíble dimensión cultural del queso artesanal y facilitar el acceso a su degustación. Tras haber trabajado varios años en la industria del queso artesanal, sentimos la necesidad de crear una plataforma innovadora dedicada a la excelencia como medio para garantizar la subsistencia de esta producción. Intentamos proponer una selección de quesos de excepción cuya fabricación se inscribe en un contexto de buenas prácticas. Por buenas prácticas entendemos no solamente la calidad del producto, sino también la alimentación de los animales, el cuidado que se tiene en todas las etapas de producción y un compromiso por generar un impacto positivo en el medio ambiente inmediato. Por último, somos fervientes defensores de la leche no pasteurizada, que permite añadir personalidad y carácter al queso. También consideramos el queso como un vínculo. El objetivo de Formaje es crear una comunidad en la que las personas interesadas puedan encontrar respuestas a sus preguntas, compartir sus experiencias, reunirse en un espacio en el que, más allá de la degustación, las conversaciones y el bienestar ofrezcan una experiencia única y humana.
¿CUÁLES SON TUS PRINCIPALES MOTIVACIONES Y FUENTES DE INSPIRACIÓN?
Mi principal motivación consiste en participar activamente en la evolución del sector. En términos de aspiración, aprendo de mi equipo, de los pequeños productores con los que trabajo, pero también de los proyectos de los demás. Considero Formaje como el resultado de mi evolución personal, que está en continuo cambio.
¿QUÉ PARTE DEL PROYECTO TE HA INTERESADO MÁS?
El producto en sí mismo. Encontrar nuevos productores, comprender su trayectoria y filosofía. Descubrir excelentes quesos y presentarlos a mi comunidad.
¿PUEDES DESCRIBIRNOS TU DÍA TÍPICO?
Me levanto, me bebo un café —muy importante—, me instalo en el salón y abro mi ordenador. Consulto mi calendario en línea y me proyecto para el resto del día. Intento pasar un poco de tiempo cada día en Formaje, la quesería y, por lo general, empalmo una reunión tras otra para futuros proyectos o con mi equipo.
SI TUVIERAS QUE RECOMENDAR UNA PLANCHA DE QUESOS PARA EL VERANO, ¿CUÁL SERÍA?
Apostaría por la frescura y la acidez, con mozzarellas y burratas, con un poco de buena mantequilla y quesos con fermentación láctica. Algo no muy graso.
¿PUEDES CONTARNOS CÓMO TUVO LUGAR TU ENCUENTRO CON SESSÙN?
¡Muy acogedor! El equipo de Sessùn es como una familia, siempre están invitados en casa. Es una marca que se inscribe en el día a día y que responde a las aspiraciones de las mujeres. Eso me gusta mucho.
SI SESSÙN FUERA UN QUESO, ¿CUÁL SERÍA?
Un queso francés, por supuesto. Diría que el beaufort, un producto de temporada, que respeta el ciclo del animal y de la naturaleza. Único, suave y fundente.
Gracias Clara por este delicioso momento.
Crédito de las fotos: Justino Diez y Pablo Zamora