Léa Bigot nos ha abierto las puertas de su taller marsellés. Encuentro con una artista multidisciplinar.
¿QUÉ LIBRO TE HA MARCADO O INSPIRADO MÁS?
Últimamente, diría que El amante de Marguerite Duras. Me gusta mucho este libro que, a través de una historia de amor, describe la sociedad colonial de la época. Esta sociedad, marcada por la brutalidad y la injusticia, es la de mis tatarabuelos. Son vidas que no han estado documentadas en la historia, y poco contadas por las familias pero que, sin embargo, viajan a través de nuevas generaciones que viven en los departamentos de ultramar.
¿Tienes un ritual que alíe tu proceso de creación con el taller?
La siesta. Mi proceso de trabajo se asimila a un diálogo constante entre mi mente y mi cuerpo. El sueño es un momento de transición necesario para mi viraje entre dos estados: el de reflexión, un momento en el que intento concentrarme en mi recepción de los elementos exteriores, y el de la escultura, un momento muy físico.
Háblanos de la pieza que has diseñado para la exposición «Floraison Créative» de Sessùn.
Magda se ha creado como una torre que crece en sí misma hacia la luz. Debido a su naturaleza variopinta, tres módulos que se encajan de forma orgánica, recuerda a una osamenta articulada verticalmente que se precipita hacia el cielo. Es como un homenaje al sol y a todos los seres que viven intentando acercarse a él.
¿Qué retienes de esta experiencia?
Una cierta serenidad en mi trabajo, aquella que prodiga la confianza que Sessùn ha depositado en mi obra y el respeto de mi tiempo de reflexión. El poder expresarse con toda libertad y ser recibida con tanto cariño es una oportunidad única.
Muchas gracias a Léa Bigot por su preciado tiempo en el taller y espacio colaborativo Coco Velten.
Crédito de las fotos: Florian Touzet
Creaciones de cerámica: Léa Bigot
Patrones en filtro: Azur World