CRÉDITO DE LAS FOTOS : Joséphine Leddet
Nacida en Barcelona, de madre francesa y padre español, Clara Infante creció en Estados Unidos antes de instalarse con su familia en Garraf, al sur de Barcelona. Apasionada del color, se formó en tintes vegetales en 2018 y le apasiona este proceso que califica de mágico. Desde entonces ha creado diseños inspirados con lápices, acuarelas y velas de cera vegetal hechas a mano en su taller. Encuentro con una artesana consciente y comprometida.
Eres francesa y estadounidense, y vives en España. ¿Puedes hablarnos de tus orígenes y de tu herencia multicultural?
Mi padre es español y mi madre es francesa. Nací en Barcelona y cuando tenía 6 años nos mudamos a Estados Unidos. Allí, donde crecí, se me consideraba como europea y, cuando volvía a España o Francia durante el verano, era la niña americana. Siempre he tenido el sentimiento de ser de todos lados, pero sin pertenecer a ningún lugar en particular. Sin embargo, ahora me doy cuenta de las ventajas que tiene contar con una cierta fluidez cultural.
¿Qué te atrae del Garraf, cerca de Barcelona? Háblanos de tu casa autónoma y de su historia.
Mi marido y yo vivimos en Los Ángeles durante muchos años y cuando nos convertimos en padres, decidimos volver a Europa para criar a nuestra familia. Pasamos un año en Barcelona y luego encontramos la casa de nuestros sueños en el Garraf, a solo unos kilómetros del sur de la ciudad. La casa se construyó para que funcionara en autonomía y nos enamoramos inmediatamente del diseño: unos muros de 7 metros de altura, con ventanas que van desde el suelo hasta el techo, grandes vigas de madera, paredes de adobe... ¡es increíble! Dos de nuestros hijos nacieron allí, así como Copito (Copito es un proyecto de experimentos sobre pigmentos terrestres y vegetales principalmente realizados con cera). He alquilado la casa para sesiones de fotos, lo que me ha permitido crear mucha publicidad para mi trabajo. Sin embargo, después de 4 años de vida en esta casa tan extraordinaria, hemos decidido venderla. Ya no somos las mismas personas que cuando la compramos. Ha acabado siendo como si contáramos con obras de arte muy caras y bonitas que teníamos que mantener con mucho cuidado, y no resultaba muy práctico dado que tenemos tres niños de poca edad.
Fabricas velas y lápices a partir de cera de abeja y de pigmentos naturales. ¿Cómo te pusiste a explorar estos materiales y técnicas?
Empecé a trabajar con los pigmentos naturales hace 4 años, cuando la maternidad me tenía absorbida. Me dedicaba completamente a mis hijos, y tenía tantas ganas de contar con algo que me perteneciera, que comencé a participar en talleres y a aprender a teñir tejidos con pigmentos vegetales... ¡Parecía magia! Es tan mágico poder extraer el color de la piel de una cebolla y poder trasladarlo a un trozo de tela... Me fascinaba este proceso. Un día, quise intentar fabricar lápices para mis hijos con los pigmentos que tenía. Grabé y publiqué todo el proceso en Instagram y la reacción de mis seguidores me hizo entender que tenía algo entre mis manos que valía la pena continuar. Por último, empecé a trabajar con pigmentos procedentes de la tierra y a ampliar mi gama de productos con las velas y las acuarelas.
¿Dónde consigues la cera y los pigmentos utilizados en tus creaciones?
Obtengo la cera de abeja a través de una cooperativa europea de apicultores éticos. He leído artículos sobre ciertas técnicas de cultivo de la cera de abeja que me parecen muy inhumanas, pero mi prioridad absoluta es que nuestra cera de abeja sea obtenida de manera que no se dañe a las abejas. Compro aproximadamente el 65 % de los pigmentos que utilizamos a productores y mineros locales. Una vez al año, voy a la región de Lubéron para buscar mis pigmentos en la producción de una de las familias más antiguas de la zona, que posee reservas de pigmentos naturales que datan de la época en la que la recolección seguía siendo legal. El 35 % restante de los pigmentos los fabrico yo: cultivo índigo en mi jardín, recojo tierra de los viñedos cercanos a mi casa y en las zonas colindantes a la carretera cuando voy a ver a mi familia en los Pirineos.
¿Puedes hablarnos de los valores que son importantes para ti y que te han guiado a través de tus diferentes proyectos y de tu modo de vida?
La reflexión y la concienciación son pilares importantes en Copito. Espero que las personas que descubran mi trabajo, mi Instagram o mi sitio web puedan apreciar hasta qué punto he pensado mis productos y la energía que he dedicado a cada detalle. Creo que es posible fabricar un producto 100 % natural que sea tan bonito como uno fabricado con parafina u otros productos químicos. Doy más importancia al planeta que a los beneficios, y espero que esto se vea reflejado en mi trabajo.
El trabajo del color y la investigación formal ocupan un lugar importante en tus creaciones. ¿Cuáles son tus fuentes de inspiración?
He descubierto durante mi trabajo con los pigmentos que mi superpoder es percibir la profundidad de los colores. Encuentro la inspiración en casi todo lo que tiene color... Puedo ver el mar y perderme en los diferentes matices de grises, cobaltos, zafiros y turquesas. Como vivo en el campo, me resulta difícil no pararme en la carretera cada vez que veo un color que me intriga. También me he dado cuenta de que al estar alejada de la ciudad y con los límites que la maternidad me ha impuesto, internet me ha servido de escaparate maravilloso en el mundo de otros creadores. El hecho de ver cosas en internet no solo me da ideas, sino que también me motiva a trabajar más en la creación de nuevos productos.
También das talleres. ¿Qué papel juega el compartir tus conocimientos en el proceso de creación?
Comencé mi práctica creativa aprendiendo y participando en talleres. Sin esta transmisión de conocimientos, no estaría aquí. Me gusta poder mostrar a la gente lo que he aprendido, ver en sus rostros la admiración y el placer que he sentido al aprender mi oficio. Esto me ha dado ganas de volver a mi taller para aprender más y crear cosas nuevas.
¿Cuáles son tus artistas preferidos del momento?
Me apasionan e inspiran Julie Daleyden, Adèle Beaumais y Nacho Eterno en este momento.
¿Qué representa Sessùn para ti?
Para mí, Sessùn es como una brisa primaveral. Cada colección es fluida, femenina y práctica. Además, Sessùn es una marca cuya identidad se centra en la puesta en relieve de pequeños fabricantes, en el comercio ético y en el éxito.
¿Cuáles son tus proyectos futuros?
Estoy grabando mis propios talleres en tres lenguas (francés, español e inglés) y tomándome mi tiempo para ralentizar mi producción para comenzar a desarrollar nuevos proyectos de decoración de interior.