Photographias : FLORIAN TOUZET
Tras unos primeros años en el periodismo y la moda, las dos berlinesas que han creado el proyecto culinario itinerante GAIA han unido fuerzas para tirarse juntas a la piscina y transformar lo que antes era una pasión en una realidad profesional. A cuatro manos, ahora proponen una lectura alegre y lúdica de las recetas clasicas, con un amor especial por los ingredientes locales y de temporada, para adaptarse al territorio y proponer unos platos sabrosísimos. Descubre nuestro bonito encuentro con motivo de su estancia en Sessùn Alma hasta el 29 de abril.
¿Podéis hablarnos de GAIA y de vuestra colaboración?
Nos conocimos en los primeros años de nuestra carrera profesional, en la moda y la redacción, y nos volvimos a encontrar unos años más tarde gracias a nuestro interés común por la cocina. Después de haber trabajado en un servicio de cátering y en pop-ups, nos propusieron retomar la cocina en una sierra aislada durante dos años. Era el principio de la COVID y lo de trabajar en el campo resultaba todo una aventura, pero confiamos en nuestra intuición y no lo dudamos ni un segundo.
Venís de dos universos diferentes, ¿qué ha despertado en vosotras las ganas de cocinar?
Zsuzsanna: Me formé en periodismo y moda, y la verdad es que no me había planteado acabar trabajando de cocinera, pero es algo que siempre he hecho de manera natural para mí misma. Cocinar es una manera de provocar encuentros, de conversar tanto con amigos como con desconocidos. Es una nueva forma de expresión y de aprendizaje, pero también una forma de desaprendizaje, sobre todo cuando estamos acostumbradas al mundo digital.
Julia: Llegué a Berlín cuando tenía unos 20 años para estudiar estilismo, e hice muchas prácticas en varias revistas, gracias a las cuales he creado una carrera de estilista, pero no era lo mío. Al dedicarme a la restauración en paralelo, durante sesiones de fotos de moda, descubrí que quería que este hobby se convirtiera en mi trabajo. Empecé como subchef en el restaurante Dottir de Berlín, y desde el primer día tuve la sensación de que todo cobraba sentido.
Desde hace dos años os ocupáis de GAIA en el jardín Grosser Garten. ¿Podéis hablarnos de esta experiencia?
GAIA no sería lo que es hoy si no hubiéramos tenido la oportunidad de crearlo en este lugar preciso. Tuvimos la oportunidad de abrir el local y de disponer de una cierta infraestructura y de una conexión con Berlín, sin olvidar que estábamos aisladas pero con un acceso a las mejores verduras y frutas para elaborar nuestros menús.
¿Cómo definiríais vuestra identidad culinaria?
Una cocina sencilla y accesible, con un enfoque lúdico de los clásicos de temporada y locales, idealmente servidos en grandes platos para ser compatidos.
Desde hace dos años os ocupáis de GAIA en el jardín Grosser Garten. ¿Podéis hablarnos de esta experiencia?
GAIA no sería lo que es hoy si no hubiéramos tenido la oportunidad de crearlo en este lugar preciso. Tuvimos la oportunidad de abrir el local y de disponer de una cierta infraestructura y de una conexión con Berlín, sin olvidar que estábamos aisladas pero con un acceso a las mejores verduras y frutas para elaborar nuestros menús.
¿Qué representa Marsella y sus tierras para vosotras?
Siempre hemos tenido un vínculo muy fuerte con Francia, sus productos y su patrimonio culinario. El hecho de estar en Marsella es una suerte para nosotras. Es genial poder evolucionar en esta esfera gastronómica en pleno auge, apasionante y comprometida al mismo tiempo.
¿Cómo habéis concebido el menú para vuestra estancia en Sessùn Alma?
Desde el principio, quisimos tomar la temporalidad y las especificidades locales como punto de partida para la elaboración de nuestros platos. La idea es que estos platos se hagan eco de la región que nos rodea. En general, nos gusta preparar comidas muy frescas y reconfortantes, por eso, siempre incorporamos un toque rico en sabores en nuestras creaciones culinarias, que están hechas principalmente con verduras.