CRÉDITO DE LAS FOTOS: TIMOTHÉE CHAMBOVET
Apasionada por los artículos y el mundo de la cocina, el comer bien y el valor de compartir vinculado a ello, Suzie Le Pennec fundó el estudio Tom and Folks en 2019, con el deseo de crear objetos prácticos, unificadores y anclados al día a día. Para la exposición Floraison Créative de Sessùn Alma, ha diseñado una ensaladera extragrande que transcribe de manera literal su idea de plato compartido.
¿Cuándo nació el estudio Tom and Folks?
En 2019. Tras 10 años trabajando en el campo de la moda en Londres y París, decidí formarme como alfarera. Ya hacía un poco de alfarería como hobby, me gustaba mucho. En Chanel trabajaba mucho con los bordadores, pues me impresionaba su savoir-faire. Tenía ganas de orientarme hacia un trabajo manual y siempre me ha gustado todo lo relacionado con la cocina, recibir a amigos y salir a cenar, así que me lancé en la alfarería para crear objetos útiles.
¿Cómo es tu taller y dónde se encuentra?
Mi taller se encuentra en el 10º distrito de París, un barrio al que le tengo un cariño especial ya que allí experimenté y aprendí a modelar mis primeras vasijas. Es un piso grande de estilo Haussmann que necesita una remodelación: hay agujeros en el techo y un suelo de parqué Punta Hungría cubierto de tierra, que me gusta mucho.
¿Por qué has decidido trabajar la vajilla únicamente?
He decidido trabajar el universo de la cocina porque quiero crear objetos útiles que sirvan en el día a día. Objetos que puedan sublimar los platos, que formen parte de la elaboración de una receta. Me encanta el universo de la cocina, el «comer bien» y el valor de compartir vinculado a ello. En mi casa prestamos mucha atención a los productos que compramos, su procedencia, etc., y creo que a los platos se les debe procurar el mismo interés. Fabricados localmente, a pequeña escala y realizados por un artesano. Es lo que intento hacer.
Tu vajilla recuerda a la de gres moteada típica de los años 70. ¿Te inspiras principalmente en esta época?
Es una de mis inspiraciones, ¡sin duda! Me gusta mucho el aspecto vintage y folk de este periodo: la música, la ropa, el espíritu y la libertad que empezaba a dar sus primeros pasos.
¿Qué te evoca esta vajilla rústica?
Es el estilo que me gusta. No tiene nada que ver con mis recuerdos, pues soy bretona y en casa utilizábamos platos con dibujos costeros. Me gusta la estética, los colores y la armonía que se desprenden.
Fabricas tus propios esmaltes: ¿cómo piensas y desarrollas la paleta de colores?
Parto de una base como el esmalte blanco mate o transparente y le añado óxidos. Después, hago unas pruebas sobre las piezas en gres de colores. Cuando tengo todos los colores, creo una gama con mis tonos de predilección y según lo que me apetece en ese momento. Intento que todos los colores que elijo para una colección sigan una cierta armonía.
¿Qué lugar ocupa la investigación creativa y la experimentación en tu práctica?
Por ahora no le dedico mucho tiempo, pero me gustaría poder consagrarle más en el futuro. Cuando tengo la posibilidad, realizo algunos prototipos de objetos que me parecen útiles y que aún no forman parte de la colección. También busco inspiración en la lectura o en las exposiciones de diseño. Cuando creo un objeto, pienso sobre todo en la manera en la que la persona va a utilizarlo y en qué ocasión. Intento imaginar colores, texturas y platos que quedarían bien con el objeto.
¿Tienes algún ritual o costumbre que llevas a cabo cada día en el taller?
Me tomo un latte cada mañana, sin él no podría empezar el día. Después, echo un ojo al planning de producción de la semana para organizar mi jornada. Compruebo la textura de todas mis piezas y vacío el horno, un momento estresante y mágico a partes iguales. Estas costumbres propias de mi oficio me gustan mucho.
Tienes carta blanca para la exposición Floraison Créative de Sessùn y has decidido crear una ensaladera extragrande con cubiertos de diseño orgánico. ¿Qué has querido expresar o explorar a través de esta pieza?
He querido crear un plato práctico gigante para que pueda utilizarse con la familia o con amigos. Es una representación a gran escala del «plato compartido». También tenía ganas de salir de mi zona de confort, que no es otra que tornear mis piezas en el torno de alfarero, y utilizar la técnica de modelaje con colombín. Para esta técnica se necesita más tiempo de creación, pero quería tomármelo y ralentizar mi vida frenética, como cuando estamos con familia o amigos. La idea de las cucharas me vino después, cuando me puse a pensar en cómo podía acompañar la ensaladera. Y este utensilio se impuso como una obviedad. Para reinterpretar su forma, me inspiré en las cucharas de madera étnicas.
¿La idea de esta gran creación estaba clara desde el principio para este proyecto?
Sí, tenía en la cabeza la idea de una pieza grande. No sabía qué tamaño tendría exactamente, pero quería enfocarme en un proyecto que tuviera por misión el compartir una comida, el juntar a la gente alrededor de una mesa. Para mí era algo esencial.
¿Qué retienes de esta experiencia?
Ha sido una experiencia increíble y una oportunidad inaudita el haber tenido el tiempo y la libertad para crear. Como ceramista, no siempre tengo todo el tiempo necesario, pues produzco mucho para dar salida a los pedidos. Tomarse su tiempo para pensar, dibujar, elegir los materiales y proponer una pieza con total libertad que será expuesta en Sessùn Alma, un lugar estupendo, es una experiencia genial. Muchas gracias por haberlo hecho posible.