Memòri Studio

Somos Alicia y Guillaume, un dúo autodidacta originario de Toulon e instalado en Marsella desde hace un año, tras más de dos años nómadas en Marruecos y varios pasados en México, Seúl y Madrid. Alicia: estoy muy influenciada por mi año pasado en México, sobre todo por los colores, el arte popular y la riqueza de la cultura prehispánica. El descubrimiento del savoir-faire ancestral de la región de Oaxaca, donde el arte textil y la alfarería son florecientes, me marcó profundamente. Guillaume es de naturaleza curiosa y autodidacta, es un enamorado de los tejidos. La moda le apasiona desde que es adolescente, y asistía a eventos de profesionales. En paralelo a su trabajo, se ha comprometido dos años con Makesense, una comunidad que tiene como objetivo valorar el emprendimiento social, y del que la moda sostenible le interesa en particular. Extraemos nuestra inspiración y nuestra búsqueda de la belleza del arte popular, la materia, y ambos estamos fascinados por la artesanía.

En la ciudad de Madrid, donde vivíamos, nació la idea de lanzar nuestro estudio de creación. Dada su proximidad, nos gustaba ir a Marruecos con regularidad. Partimos de la base que, en la actualidad, con una uniformización en masa, una cultura de lo efímero, queríamos realzar la belleza de los gestos, de las prácticas que se preocupan por la naturaleza y el ser humano, de los rituales y de los savoir-faire que a veces se dan por olvidados o están a punto de desaparecer. Fundado en 2020, Memòri Studio es una oda a las tradiciones singulares, a los savoir-faire anclados en los territorios. A la frontera entre la edición de objetos en cantidades muy pequeñas y la creación de un armario compuesto por piezas únicas, modulables y unisex, la exploración continúa en torno a la escenografía y a una selección de objetos y de mobiliario vintage. Trabajamos en estos campos, con el único deseo de integrar en nuestra práctica un proceso artesanal y un enfoque responsable en la fabricación y la producción. También queremos impulsar los savoir-faire textiles típicos de la Provenza, como el trabajo de perforación, el «picado acolchado» o la creación de colchas. O incluso poner de relieve los savoir-faire ancestrales de los artesanos marroquíes, en concreto el arte antiguo de la alfarería rural femenina de la cordillera del Rif, en el que las piezas se cuecen a baja temperatura, en un horno a cielo abierto durante más de 12 horas, o el arte del tejido y los teñidos vegetales del Anti-Atlas.

El proceso se ha desarrollado poco a poco, según nuestras personalidades y afinidades. Trabajamos juntos en la recopilación de un nuevo savoir-faire. Guillaume se ocupa principalmente de la creación y el seguimiento de producción, y Alicia de la comunicación y de las relaciones. También pasamos mucho tiempo juntos buscando objetos antiguos: tejidos, colchas y otros artículos que nos inspiran tanto por su fabricación como por su historia.

Nace, ante todo, de un flechazo con Emma François, la fundadora de Sessùn, y con la que compartimos unos valores comunes, el mismo amor por los tejidos y la artesanía, y la misma obsesión por los tonos ocre. Emma empezó en Guatemala, trabajando con artesanos. Tenemos muchos puntos en común.

Realizamos una instalación de cañas de la Provenza en un campo de espigas. Nuestros zapatos y calcetines estaban invadidos literalmente por la planta, como una planta trepadora que sube hasta lo alto del pantalón.

Para la exposición de Sessùn Alma, «Joncs. Lins. Graminés.», relacionada con la nueva «Santons Charmants», hemos recreado un campo de gramíneas procedentes de Camarga. La idea es una instalación que ocupa el espacio y lo transforma en un campo vegetal inesperado. Es una invitación poética a entrar en el universo Sessùn de la nueva colección en la Provenza, en los campos de espigas que conforman el paisaje. También representa las ganas de construir un imaginario popular provenzal común con el espectador. Las obras expuestas tienen como punto en común la vegetación, y nos gusta esta idea de poder introducir el mundo natural en un hábitat a través de algunas piezas distribuidas por aquí y por allá. La estética de la estupenda obra «Jonction» de la artista marroquí Fatiha Zemmouri, a la que tuvimos la suerte de ver en Marrakech en 2018, completa nuestra fuente de inspiración. Para esta instalación, utilizamos madera, tierra y fibra vegetal obtenida de zonas locales.